Padres Con Propósito (Parte 2)

Pedro Espinales:

Para mí ser padre ha sido toda una aventura la cual creo que todo hombre debería vivir, pues nos reta cada día a ser mejores personas y cristianos, tener unos ojitos observándote cada día es inspirador.

Amar, guiar y proveer a mis hijos es más que una responsabilidad es algo que disfruto y que no podría hacer sin el apoyo de una gran mami y la sabiduría que viene de mi Padre celestial.

Yoltic González:

Solamente llevo un año y 5 meses como papá, y debo de admitir que, cuando te dicen que volverte papá te cambia la vida, es bastante más diluido de lo que de verdad es.

Cuando mi hija Vanya nació, sólo pude pensar en lo mucho que amo a esta pequeña criaturita que aún no conocía bien. Dios me permitió saber que esta es una pequeña sombra de cuánto nos ama Él a nosotros. Ya que yo amo con gran intensidad y locura a mi hija, que apenas estoy conociendo poco a poco. Cuánto no nos amará Dios que nos planeó y amó desde el principio de los tiempos.

El año pasado fue mi primer día del padre. Con una bebé de sólo 5 meses, honestamente pensé, “eso no es tan difícil… no duermes mucho, pero nada verdaderamente grave.”

Oh, aún me faltaba ver crecer a mi hija.

A lo largo de las diferentes y constantemente cambiantes etapas de la vida de mi hija, he aprendido que uno nunca deja de estar aprendiendo. Los niños van creciendo, incluso a un ritmo que podemos considerar demasiado rápido.

No acabas de aprender a ponerles un pañalero o vestido con todos sus diferentes estilos de botones y ya crecieron lo suficiente para que ya no les quede y tengas que aprender los nuevos botones de otro trajecito.

Si encontraste una manera perfecta de arrullarlos y dormirlos, la semana que sigue ya no va a servir, porque ahora tienen una nueva manera para dormir que debes de descubrir. 

Y así te vas acostumbrando constantemente a todos los cambios.

A todo esto, yo sólo puedo pedirle a Dios por ayuda y sabiduría. Así como que me permita amar a mi hija de la mejor manera. Que me ayude a ser ese escalón en el que ella se podrá apoyar para crecer y hacer cosas aún mucho más grandes de las que llegaremos a hacer su mamá o yo.

Muchas veces se nos llega a poner una carga a los padres. Que somos cabeza de familia, que los hombres no lloran, que como padres o esposos no podemos vernos débiles ante las personas que dependen de nosotros. Y recuerdo mucho eso de mi propio papá. Siempre fuerte y estoico. Nada le afectaba. Pero ahora que también es mi rol, he aprendido que hay situaciones y momentos en los que te puedes permitir ser humano, entonce puedes no estar de mejor humor, en donde puedes admitir tus faltas y errores. En donde puedes seguir siendo tú y ganar fortaleza para volverte aún mejor.

Así como los papás somos ese apoyo para nuestras familias y ese pilar en el que se pueden recargar, nosotros también tenemos un Papá en el que nos podemos recargar, confiar, hablar y ser completamente honestos.

Le doy enormes gracias a mi Papá que me ha dado la experiencia, el privilegio y honor de haberme convertido en papá. Sé que es todo un reto, sé que tal vez no sé ni la mitad de lo que viene por delante, pero estoy listo para ser ese apoyo y guía para mi hija, porque sé que yo tengo lo mismo con mi Padre

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Ha habido una materia en la universidad de la maternidad que sigo ejercitando: la oración, anhelo  para ver cumplidos propósitos que Dios tiene en sus vidas. He visto victorias y respuestas. He visto la fidelidad de Dios mostrada en sus vidas  y eso me motiva a seguir en la brecha y no desanimarme. 

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