De Una Mamá A Otra (Parte 2)

Tati Martínez: 

Hace 32 años experimenté una de las más grandes bendiciones y retos: ser mamá.

Si bien es cierto hubiera deseado que una mujer madura me ayudara  a navegar este nuevo mundo, y no la tuve, puedo decir que por la gracia de Dios aprendí muchas cosas. 

Una de ellas fue la importancia de pasar tiempo de calidad con mis dos hijos. Hoy día puedo ver el resultado de esa inversión en la relación que llevo con ellos.

Ha habido una materia en la universidad de la maternidad que sigo ejercitando: la oración, anhelo  para ver cumplidos propósitos que Dios tiene en sus vidas. He visto victorias y respuestas. He visto la fidelidad de Dios mostrada en sus vidas  y eso me motiva a seguir en la brecha y no desanimarme. 

Quizá no llegue a ver todas las oraciones respondidas en esta vida pero las saludo de lejos como dice el libro de Hebreos. 

“Conforme a la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos y creyéndolo y saludándolo y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra”. Hebreos 11:13

Definitivamente ser mamá es para toda la vida y es lo máximo.

Liz Ramírez:

Soy mamá de un hermoso niño de 11 años y una hermosa niña de 6 años. Para mi ser mamá ha sido una experiencia indescriptible, he nacido con cada uno de mis hijos. Una piensa que les vamos a enseñar un mundo desconocido para ellos, sin embargo ellos son los que nos enseñan una nueva manera de ver el mundo.

Creo que mucho de mi crecimiento personal ha sido parte de la maternidad: cada ocurrencia, cada berrinche y cada susto, han formado en mí nuevas perspectivas para afrontar y resolver dichas situaciones. Junto con mi esposo, hemos entendido que nuestros hijos son un filtro para confrontar nuestra realidad día con día y eso nos ha permitido crecer como pareja.


Ser una mamá de Ya Basta es doble compromiso ya que no sólo me preocupo por mis hijos, si no por todos aquellos pequeños que están sufriendo por diferentes situaciones contra las cuales nosotros luchamos.

Ser mamá me ha llevado a la conclusión de que, para poder desempeñar bien mi papel, primero tengo que ser hija, así es, hija de Dios. Si puedo ser hija, podré ser una excelente madre.

Romina Morales:

Tengo un año y cuatro meses siendo mamá, y vaya que ha sido toda una aventura. 

Ante de que mi hija naciera yo tenía un plan para todo y en mi cabeza, yo creía ya saber cómo funcionaría todo: la lactancia, el porteo, las rutinas de sueño, la alimentación complementaria, etc. Y vaya que Dios me ha enseñado a depender de Él y a recurrir a Él TODOS LOS DÍAS para que sea Él quien me enseñe cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué. Aprendí que Dios ya puso dentro de mí lo necesario para ser mamá de Vanya, pero que lo tengo que buscar diario para que eso que está dentro de mí salga con su ayuda, no en mis fuerzas. 

Ser mamá de Vanya me ha enseñado lo que es el amor sin barreras. No hay nada que no haría por mi chiquita, incluyendo salir de mi zona de comfort por amor a ella.

Aprendí que no existe la mamá perfecta, pero que sí soy la mamá indicada para mi hija. 

Me siento honrada porque Dios nos considera aptos a mí y a mi esposo para criar a esta preciosa niña que Él formó. Le dió una identidad y un propósito y le pido que me enseñe todos los días a guarla para que pueda cumplir con el plan que Dios puso en ella. 

Aprendí a acercarme intencionalmente a mis amigas mamás. A ofrecer una amistad sincera en donde puedan platicar de la maternidad sin filtros y a ser de bendición para sus vidas hasta en los detalles mas chiquitos. 

Mujer, si eres mamá y necesitas una comunidad de mujeres, te invito a que conozcas Esperanza al Corazón, este grupo tiene la finalidad de apoyarnos unas a las otras, escucharnos, orar por nuestras familias y caminar juntas.

Para más información de este ministerio contáctanos o escríbenos al correo: esperanza@yabastaonline.com

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“Si en algún momento alguien quiere tocar, ver o incluso enseñarte sus partes íntimas
diciéndote que sólo es un juego pero que debes guardar el secreto, tu debes decirle ¡NO! nadie puede tocarme así seas un familiar, amigo o quien sea, no lo permitiré!” Ese
sería el “virus desactivado” para que si llegara a pasar en algún momento ellos sepan qué hacer, cómo reaccionar y defenderse de este ataque.

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