DEVOCIONAL SEMANA 1
DÍA 1
¡TODOS HEMOS PECADO, TODOS!
Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.
Romanos 3:23-24
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Isaías 53:6
En estos versículos de la carta a los Romanos, Pablo, quien la escribe, muestra el primer y más acertado diagnóstico de la humanidad hasta el día de hoy: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Ésta es la realidad de toda persona, por más bondadosa que se vea, por más buenas acciones que realice, por más apariencias que proyecte, la realidad del ser humano no puede cambiar si no es por medio de lo que Jesús hizo en la cruz. Él pagó por todo el pecado de la humanidad, acercándola a la presencia del Padre.
Por más que tú y yo queramos ser buenos y hacer un cambio de vida, no es posible. Solo a través de Jesús se puede ser libre del pecado, perdonado y vivir por su gracia.
Jesús cambió el estado de pecado y separación con el Padre, a una identidad de hijo y aceptado por Dios cuando tu fe y confianza es puesta en Cristo.
Hoy reflexiona en el capítulo 1, “Jesús es el puente del abismo que nos separaba de Dios”. Ya no hay más separación, Dios te ha perdonado a través de Jesús y ahora gozas de su presencia.
DÍA 2
NO ES POR OBRAS
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
Efesios 2:8-9
Nos salvó, no por las cosas justas que habíamos hecho, sino por su misericordia. Él nos salvó a través del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo.
Tito 3:5
La gracia es un regalo inmerecido que Dios otorga a sus hijos. Mediante este, ofrece la salvación que por medio de ningún otro mérito hubieras podido alcanzar. Este regalo sólo lo puedes recibir al depositar tu fe en Jesús, quien hizo toda la obra. Por eso tú y yo sólo debemos creer en él, en lo que hizo y rendirnos completamente.
Su gracia te recuerda que dependes de él.
¿No es verdad que cuando ganas un premio o alcanzas una meta te sientes orgulloso de ti mismo? Esto es porque tú te lo ganaste, incluso todo lo puedes atribuir a tu esfuerzo.
La salvación no es de esta manera, no la ganas, ni la alcanzas con trabajo. Es la misericordia de Dios la que te rescata. Todo lo debes a la gracia inmerecida de este Dios perfecto que te ama.
Hoy te invito a que hagas esta oración: Amado Jesús, reconozco que mi salvación no depende de mí o de lo que hago, todo lo hiciste tú, fue por tu gracia. Gracias señor Jesús por esta salvación tan grande por medio de la cual te puedo llamar mi Dios, mi salvador, mi amigo y mi amado.
DÍA 3
SEGURIDAD DE SALVACIÓN
Les aseguro que todo el que preste atención a lo que digo, y crea en Dios, que fue quien me envió, tendrá vida eterna. Aunque antes haya vivido alejado de Dios, ya no será condenado, pues habrá recibido la vida eterna.
Juan 5:24
Y lo que Dios ha dicho es que él nos ha dado vida eterna, y que tendremos esa vida si creemos en su Hijo. Si vivimos unidos al Hijo de Dios, tenemos vida eterna. Si no vivimos unidos al Hijo de Dios, no tenemos vida eterna. Les escribo esto a ustedes, que confían en el Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna.
1 Juan 5:11-13
La Palabra de Dios da la seguridad de tener vida, no solo en este tiempo sino en la eternidad.
Puede que en este momento de tu vida veas la vida eterna muy alejada, pero en la Biblia, Jesús dice que la vida eterna consiste en conocerlo a él y al Padre.
Esto quiere decir que, la vida eterna se comienza a vivir desde ahora, desde el mo- mento en el que conoces a Jesús y por consiguiente comienzas a hacer su voluntad.
Este es el tipo de vida que Dios te ofrece, una vida que no tiene fin. ¿Cómo puedes obtener esta vida? En la Biblia, Dios te instruye a oír la Palabra, creer en lo que dice acerca de su Hijo Jesucristo y, finalmente, vivir y practicar lo que has oído y creído.
DÍA 4
PAZ PARA CON DIOS A TRAVÉS DE CRISTO
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
Romanos 5:1
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Romanos 8:1
Si confiamos en que nuestras buenas obras nos acercan a Dios, seguiríamos enemistados con él. El gran abismo entre Dios y la humanidad seguiría presente, pues la imperfección de nuestra vida no cubriría el precio del pecado. Gracias a Dios por Jesús, pues su vida perfecta pagó el precio del pecado y ahora tenemos acceso al Padre para tener una relación con él.
Como hombre, muchas veces, puedes vivir recordando tu pasada manera de vivir, culpándote una y otra vez por tus malos actos, creyendo que no mereces el amor y perdón de Dios.
La relación de paz que tienes con Dios te permite quitar los ojos del pecado, en el que un día estabas porque él ya te ha perdonado. Cuando te arrepientes, Dios no se acuerda más de tus pecados, no te condena por ellos y por eso no hay razón para que te condenes a ti mismo.
Esta gracia tan perfecta que Dios te ofrece, te da la capacidad por medio de su Espíritu Santo, para dejar de vivir según los deseos de la carne y comenzar a vivir unido a él, lleno de su vida y libre de todo pecado.
DÍA 5
CRISTO PAGÓ EL PRECIO
Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;
1 Pedro 3:18
Pero Dios nos demostró su gran amor al enviar a Jesucristo a morir por nosotros, a pesar de que nosotros todavía éramos pecadores.
Romanos 5:8
John Scott dice en uno de sus libros que el propósito de la carta a los Romanos es mostrarnos “como Dios hace justos a los injustos de manera justa”. Hay verdad en esta declaración.
A lo largo de las escrituras, vemos la perfección de Dios, un Dios amoroso, perdo- nador, lleno de misericordia, que abunda en gracia, que se entrega a sí mismo, un Dios santo y justo. La perfección de Jesús fue lo que le permitió entregarse a sí mis- mo en rescate por el pecado de la humanidad, un Dios justo cumpliendo la justicia para rescatar a los injustos y llevarlos de regreso al Padre.
Sé que probablemente sea difícil imaginar a alguien haciéndole bien a quien no se lo merece, a alguien que no se ha arrepentido y no se ve con intenciones de hacerlo. Como humanos, esperamos primero ver cambios, buena conducta y luego intervenir. Pero, gracias a Dios que él no es así.
El amor de Dios antecede el arrepentimiento, aún no te arrepentías y su amor ya estaba listo para abrazarte. Aún no pensabas en él y tu lugar en su presencia ya estaba listo para ser tomado.
DÍA 6
LA PALABRA
Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir. De ese modo, los servidores de Dios estarán completamente entrenados y preparados para hacer el bien.
2 Timoteo 3:16-17
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Josué 1:8
La palabra de Dios no son solo letras. Aunque tiene historias, no es una historia más; aunque tiene poemas y canciones, no es un libro más; aunque sus palabras dan ánimo, no es un libro motivacional. La Palabra de Dios es el mensaje del cora- zón de Dios para toda la humanidad con el fin de ser transformada por medio de ella.
No puedes leerla como lees cualquier libro. Este libro tiene la capacidad de darte dirección, sanarte, mostrarte tu interior, guiarte e instruirte en cualquier cosa. Dios dice, que su palabra cumple el propósito con el cual fue enviada.
La palabra de Dios es para ti. Dios quiere hablarte a través de ella, tiene todas las respuestas, la dirección e instrucción para cada día de tu vida.
La Biblia es el libro más influyente de toda la historia de la humanidad debido a que su palabra está viva. Posee palabras de vida, de verdad y sobre todo revela quién es Dios.
Hoy te invito a que te deleites en la palabra de Dios.
DÍA 7
ORACIÓN CONSTANTE, CONFIADA Y AGRADECIDA
Dediquen siempre tiempo a la oración, y den gracias a Dios.
Colosenses 4:2
No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos. Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo.
Filipenses 4:6-7
¿Qué situación te tiene tan preocupado que ha invadido tus pensamientos y emo- ciones?
Las escrituras enseñan que, la clave para dejar de vivir constantemente preocupa- do, se consigue verbalizando tus preocupaciones y luchas a Dios, a través de la oración y el agradecimiento.
Puede que estés acostumbrado a que las oraciones estén llenas de peticiones y más peticiones. Pedir a Dios no está mal, pero la oración de tu corazón debe ser también para agradecerle. La oración no solo se trata de ti, a través de ella puedes conocer quién es Dios, agradecerle lo que él ha hecho y lo que hará.
Vivir depositando tus preocupaciones, peticiones, necesidades y batallas en oración a Dios te permite gozar de su paz. Esta paz, tiene la capacidad de guardar tus pen- samientos y emociones en Cristo y no en las circunstancias. Te permite desarrollar un corazón agradecido hacia Dios, quien es bueno y escucha tus oraciones siem- pre. Dios nunca está muy ocupado para ti, su oído siempre está atento y responde en su tiempo de acuerdo a su perfecta voluntad.
Las Escrituras nos animan a orar a Dios, pero también a no dejar que la oración solo sea para un momento del día, sino para estar en constante comunión con él. Recuerda que Dios siempre te escucha, por lo tanto habla con él.