Lección 1, Tema 1
En Progreso

DEVOCIONAL SEMANA 2

DÍA 1
CITA CON EL DOCTOR

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos.

Ve si hay en mí camino de perversidad

y guíame por el camino eterno.

Salmo 139:23-24

“Examíname oh Dios, y conoce mi corazón”

Cuando te duele algo y empiezas a tener síntomas de alguna enfermedad sabes que algo no está bien. Puedes recibir consejos de muchas personas así como re- medios para solucionar los malestares que sientes, pero el único que puede hacer un diagnóstico correcto y recetar el medicamento adecuado es un doctor. El día de hoy, quizás has notado que hay síntomas como: dolor, falta de perdón, amargura o enojo. Sabes que hay un cambio que se debe de hacer, que tu corazón necesita una limpieza profunda para poder seguir adelante, y para eso es necesario ir con el doctor. Jesús es el mejor de los médicos.

Hubo una época en la que el rey David estaba pasando por tiempos difíciles porque estaba siendo perseguido y acusado a pesar de ser inocente. Pero David tomó ese momento complicado como una oportunidad para ir al doctor y exponer su corazón delante de Dios.

David sabía que al ser expuesto delante del doctor, Dios le sacaría una radiografía espiritual y no solo vería su inocencia sino también las profundidades más íntimas de su corazón. Aquello lo haría totalmente vulnerable y estaría tan expuesto que aún los pensamientos, sentimientos e intenciones más secretas que sólo él conocía se verían delante de Dios.

La única diferencia que existe con el rey David, es que él se atrevió a ser vulnerable y pedirle a Dios que examinara su corazón. David de verdad anhelaba un cambio.

Jesús te quiere limpiar, santificar y hacer libre. Pero esto solo es posible si tú lo deseas y si dejas entrar a Dios en tu corazón. Confesarle a alguien lo más íntimo de tu ser es complicado pero es necesario hablarlo con el doctor pues de lo contrario no obtendrás el medicamento que tu alma necesita. En los últimos días, ¿cuántas veces has sentido que quieres cambiar pero hay algo en tu corazón que no te deja hacerlo?.

Hoy te animo a que abras tu corazón a Dios y le dejes examinarlo. Él es un Dios que transforma, que extiende misericordia y perdón. Puedes confiar en que en el momento que tú decidas ir hacia él, él estará listo para recibirte y sanarte.

Si hoy deseas ir al doctor pero no sabes como expresarle todos esos malestares que hay dentro de ti, yo te invito a que hagas esta pequeña oración: “Señor, gracias porque me conoces antes de que naciera, gracias porque me formaste en el vientre de mi madre. Hoy me presento delante de ti porque anhelo que examines mi corazón y que tu amor inagotable sane cada parte de mí que está herida. Gracias porque tus pensamientos son de bien y no de mal para mi vida. Amen”.

DÍA 2
NO ESTÁS SOLO

Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.


Santiago 5:16

Es muy importante buscar compañeros de batallas. Amigos que sean maduros en Dios y puedan sostenerte en momentos difíciles. Gente espiritual que ore para que puedas ser libre, que no te juzgue sino que haya experimentado la gracia y el amor de Dios.

Conforme a las palabras de Jesús en Mateo 18:19, debes buscar a un compañero de oración ¡que esté lleno de fe en Dios y tenga fe en que su palabra obrará!

Ora a Dios por un compañero de batalla. Y juntos oren creyendo que Dios te dará la fuerza para enfrentar toda clase de situaciones y su palabra obrará en tu favor.

La oración del justo puede mucho. Ya has sido justificado (declarado justo) por la fe. No por tus obras sino por los méritos de Cristo. Así que puedes confiar en que tus oraciones tienen poder.

Oremos, “Señor Jesús gracias porque no estoy solo en este proceso. Gracias por bendecirme con gente que me ayudará a crecer. Rodéame de personas que crean en mí y en mi cambio. Tú eres el que me da la valentía para confesar lo que hay en mi corazón y aquél que me otorga libertad. Gracias porque me has hecho justo delante de tus ojos y escuchas mi oración, gracias por tu perdón y por tu misericordia, sobre mi vida, que es nueva cada mañana. Amén”.

DÍA 3
LO ACEPTO, ES MI CULPA

Recuerda, por tanto, de dónde has caído. ¡Arrepiéntete! Y haz las primeras obras. De lo contrario, yo vendré pronto a ti y quitaré tu candelero de su lugar, si no te arrepientes


Apocalipsis 2:5

“De dónde has caído, arrepiéntete”

La Biblia narra una historia acerca del rey David. Estando el rey en el palacio, comenzó a pasearse por la azotea y desde allí vio a una mujer que se estaba bañando. La mujer era sumamente hermosa, por lo que David ordenó que la llevaran a su presencia y, cuando llegó, él se acostó con ella.

La falta de confesión de su pecado lo llevó a cometer algo más grande. Y esto fue, mandar a matar al esposo de la mujer con la que cometió el adulterio. Al final de esta historia el rey David se arrepintió delante de Dios, reconociendo sus pecados y pidiéndole a Dios que creara en él un corazón limpio (Salmo 52).

El término “arrepentimiento” en la Biblia da la idea de un cambio de mente, un cambio de actitud, un cambio de rumbo y estilo de vida: si se iba por un camino malo, ahora se va por el “buen camino” y ya no se regresa al antiguo.

Dios sabe que hay situaciones en tu vida en donde cometes errores y como con- secuencia de éstos puedes llegar a sentir: culpa, vergüenza, enojo, depresión, frustración y falta de valor hacia tu persona. Es en este estado en donde te vuelves vulnerable y puedes darle lugar al diablo para aceptar sus mentiras. Una de las más comunes es creer que tu pecado es tan grande que no merece ser perdonado por Dios. Sin embargo, él es tan misericordioso que Dios mismo te da la oportunidad de arrepentirte, te da la opción, porque sabe que al hacerlo podrás dejar atrás lo que te consume a diario.

El versículo de hoy, no es para condenarte, asustarte o hacerte sentir que tu si- tuación es imposible de cambiar. Dios te da oportunidades para arrepentirte, pedir perdón, cambiar y avanzar. Pero, todo comienza tomando la decisión de decir: “me arrepiento y hoy necesito tu ayuda para cambiar”.

Hoy te animo a que pongas tu mirada en Jehová. Salmos 121 dice:

“Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi ayuda? Mi ayuda viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.”

Te pido que hagas esta oración para que le entregues todo a Dios hoy. ¡Tú puedes! “Señor Jesús el día de hoy te entrego mi corazón. Me arrepiento por todo lo que mis ojos han visto, por todo lo que mi boca ha dicho y por todo lo que he hecho que no agrada a tu corazón. Perdóname. Te entrego mi vida, mi mente, mis pensamientos, toda parte de mí y sobre todo mi corazón. Hoy te acepto como mi Salvador y te doy gracias por enviar a tu Hijo Jesús para morir en la cruz por todos mis pecados. Lím- piame y ayúdame a cambiar. Ten misericordia de mí y no me dejes caer. Amén”

DÍA 4
DIOS ES FIEL

Por la bondad del SEÑOR es que no somos consumidos, porque nunca decaen sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.


Lamentaciones 3:22-23

“Grande es tu fidelidad”

¿Alguna vez te pasó que cuando eras niño tu mamá o papá prometió comprarte un dulce o un juguete solo si te portabas bien? Como todo niño seguramente no se te olvidaba nada y les tenías que recordar, en muchas ocasiones la promesa no se llegaba a cumplir. No sé si te llegó a pasar pero a mí sí, muchas veces mis papás me prometían algo pero nunca lo cumplían.

Luego crecí y batallé para creer en las promesas o las buenas obras que otros hacían por mí. A mí me pasó en mis amistades, en mis relaciones y hasta en mi relación con Dios.

A veces puedes ser tan afectado por las decisiones de los demás, que piensas que Dios es igual que ellos. Incluso se te hace difícil creer lo que dice su palabra porque tu corazón ya ha experimentado tanto rechazo, soledad, deslealtad y traición. Pero tienes que saber que Dios es diferente. Él es bueno, fiel, misericordioso, grande y un amigo verdadero. Dios nunca falla y cumple cada promesa que está escrita en su palabra, él no es como tus papás cuando eras pequeño, ni como las amistades que te dejaron. Dios no es como los que se burlaron y dudaron de ti. Dios no es como los que te apuntaron con sus dedos y te juzgaron.

Él es tan bueno que sus misericordias son nuevas cada mañana. ¿Por qué? Porque Dios desea que vivas en victoria. Él desea que vivas lleno de esperanza sabiendo que nunca te fallará.

La fidelidad de Dios es firme, es inquebrantable, y es 100% segura. Es necesario saber que puedes confiar en Dios. Cuando Dios dice que va a hacer algo, él lo hará.

No hay nada ni nadie que pueda detener las promesas de Dios. Isaías 55:11 dice: “así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para lo que la envié”. Te animo a que mires a tu alrededor y veas cuán fiel Dios ha sido contigo. Y que toda esta semana puedas reflexionar en una situación en la que Dios ha sido fiel. Cuando ves lo bueno alrededor de ti, puedes ver la fidelidad de Dios.

¿Cómo piensas que Dios quiere manifestar su fidelidad en ti el día de hoy? Escríbelo y compártelo con alguien.

DÍA 5
EL PERDÓN

Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja halla perdón.


Proverbios 28:13

He tomado y he dirigido este curso muchas veces, lo tenemos como requerido a los líderes y varones de nuestra iglesia y siempre llego a la misma conclusión: “El gran engaño de Satanás es que no confieses tus pecados. Quiere que te lo guardes, que convivas con él por temor al qué dirán. Te hace sentir como que eres el único que vive en eso, te dice cosas como (si confiesas todos te van a discriminar, te van a ver diferente, te van a correr de la iglesia, etc). Esa es su gran estrategia. Es un engaño”.

Lo único que el enemigo está logrando en ti es que vivas una vida arruinada. Cuando llegamos en el curso a la parte de la confesión nos damos cuenta que muchos estamos batallando con esta mentira. He visto muchas veces que cuando la gente confiesa su pecado, su rostro cambia. Se nota que ha pasado de oscuridad a luz y libertad. Ellos saben que sus vidas comenzaron el proceso de libertad y vida plena en Cristo. Digo comenzaron porque todo comienza con la confesión, pero no debes quedarte ahí sino también apartarte del pecado.

El Espíritu Santo te va a guiar para darte cuenta qué hábitos y costumbres debes cambiar para no pecar. ( detectar las áreas donde eres débil y accionar sobre eso).

Una vez que logras romper la barrera de la confesión debes ser agresivo con el pecado. Elimina todo lo que pueda conducirte nuevamente a él. Así experimentarás su perdón y su libertad.

No pondré delante de mis ojos cosa injusta. Aborrezco la obra de los que se desvían; Ninguno de ellos se acercará a mí.


Salmos 101:3

Este salmo te invita a dejar de mirar al pecado y enfocarte en Dios. De una vez por todas dale la espalda al pecado, huye de él y corre a los brazos de tu Padre que te ama y ya te ha perdonado.

Te invito a que hagas esta oración: “Señor Jesús, te pido que me ayudes a confesar. Recibo tu perdón y dame las fuerzas para huir de toda tentación. No permitas que mi corazón, mente o cuerpo le de lugar al enemigo. Que seas tú, manifestando tu poder en mí y que pueda caminar de acuerdo a tus planes para mi vida, que son planes de prosperidad y libertad. Amén”.

DÍA 6
ES NECESARIO CREER

Y sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe, y que es galardonador de los que le buscan.


Hebreos 11:6

“Es necesario que el que se acerca a Dios, crea”

Hay una mujer en la Biblia que como hombres debemos aprender, en el hecho de esperar por mucho tiempo un milagro con desesperación y el anhelo de querer ser libre y sanado. No necesariamente una sanidad física pero sí una sanidad emocio- nal, mental y espiritual. Esta mujer llevaba viviendo 12 años de sufrimiento,12 años de ser rechazada y humillada por los demás por causa de su enfermedad, 12 años sin poder tocar a alguien, 12 años de tener que estar sola en los momentos que más ayuda necesitaba. Me imagino que fueron 12 años de dolor, depresión, ansiedad y mucho llanto.

Dice la Biblia que esta mujer gastó todo su dinero en remedios, doctores y en muchas cosas tratando de buscar su milagro. Ella escuchó que venía el Salvador del mundo a su ciudad y esta mujer fue y se acercó a Jesús. No le importaron los obs- táculos que tendría que pasar para llegar hacia él, ella decidió acercarse.

Lo más impactante de esta mujer fue su fe. Hebreos 11:1 dice que la fe “demuestra la realidad de lo que esperamos; y es la evidencia de las cosas que no podemos ver.” Esta mujer se acercó a Dios sin saber qué es lo que iba a suceder pero si te- niendo la fe de que si tan solo tocaba el borde del manto de Jesús, ella sería sana ¡wow! ¡Que fe!. Dice la Biblia que Jesús sintió que poder salió de él, en el instante que esta mujer lo tocó. La fe es más grande que cualquier obstáculo, persona, pensamiento, enfermedad e incluso adicción. Al final de esta historia, Jesús responde: “Hija, tu fe te ha sanado. Ve en paz”.

Solo tienes que creer que Dios tiene el poder de romper toda adicción y toda enfermedad mental y espiritual que te ha estado afectando por tanto tiempo. Te vuelvo a recordar el versículo de hoy, Hebreos 11:6 “Y sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan.” Si lo hizo con esta mujer también lo puede y quiere hacer con un hombre como tú.

Te invito a hacer una oración de fe . “Señor Jesús, el día de hoy te doy mi corazón y decido tener fe y creer en lo imposible. Creer que tú me estás sanando y limpiando. Pongo mi fe en tus manos y declaro sobre mi vida que soy sano y libre en el nombre de Jesús. Gracias por tu amor y misericordia que es nueva cada mañana. ¡Amén!”.

DÍA 7

OLVIDADO ESTÁ

Volverá a compadecerse de nosotros. Pisoteará nuestras iniquidades y echa- rá nuestros pecados en las profundidades del mar.


Miqueas 7:19

“Echará nuestros pecados en las profundidades del mar”.

Toda esta semana hemos hablado de lo bueno que es Dios y que por causa de él estamos aquí. No hay pecado que Dios no pueda perdonar. Cuando tú vienes a él en arrepentimiento, confiesas tu pecado a otros y le pides perdón, Dios es tan bueno que toma tu pecado, lo echa a lo más profundo del mar y se olvida que fallaste. No te condena, ni te recuerda más tu pecado. Se compadece de ti porque te ama demasiado. Por amor, él mandó a su único Hijo a morir en una cruz por ti.

Hoy es una nueva oportunidad para entregarle tu corazón a Dios y darle el control de tu vida. Pedirle perdón y volver a intentarlo de nuevo. No se trata de aprovecharte de la gracia de Dios, pero si vuelves a caer él te vuelve a perdonar y nuevamente olvida que fallaste.

Lo importante aquí es que te levantes y vuelvas a intentarlo sabiendo que Jesús ya pagó en la cruz por todos tus pecados. Este versículo trae redención, gracia , perdón, amor y te recuerda que Dios no te llama por tu pecado, sino que lo hace por tu nombre: Hijo. Él es tu Padre y te ama tanto que ha dado su vida por ti y por todo lo que estás viviendo el día de hoy. Juan 3:16 recuerda que Jesús vino a este mundo por amor a ti, para salvarte y perdonarte.

Hoy es un buen día para que vuelvas tu corazón a Dios, le des el control de todo este proceso y creas que ya eres libre y sano en su nombre.

Te invito a que hagas esta oración. “Jesús, gracias por tu amor, gracias por morir en una cruz por mis pecados. Gracias por tu perdón y misericordia que me das cada día. Gracias por olvidarte de mis pecados y por no acordarte de ellos. Por tu gra- cia hoy puedo levantarme y declarar que soy libre. Te acepto hoy como mi padre y salvador. Hoy decido caminar como tu hijo. Toma control de mi vida y ayúdame a seguir adelante. Te amo por quien eres en mi vida y por lo que estás hacienda en ella. ¡Amén!”.