Cada vez que una persona ve pornografía, o eventualmente incluso piensa en la pornografía, los estallidos de dopamina fortalecen las conexiones entre las células. Cuanto más fuerte sea la conexión, más fácil será que las células se comuniquen por ese camino. Esta idea de que el cerebro cambia en sí se llama neuroplasticidad.
Entre mas usemos un determinado neurotransmisor, entre más nuestro cerebro cambia, haciéndose de esa manera el camino mas fuerte.
Estos neurotransmisores son como senderos a través de un campo donde la hierba nos da a la altura de la cintura. Caminar por el campo cuando la hierba es tan alta requiere un esfuerzo significativo. Sin embargo, cada vez que tu caminas a lo largo del camino, se hace más fácil. La hierba queda pisoteada, desgastada, y con el tiempo se convierte en un camino de tierra.
Los neurotransmisores del cerebro de alguien que es adicto son como malezas golpeadas y pisoteadas por lo que se “han convertido en el camino de menor resistencia”. La Pornografía, entonces se convierte en el camino de menor resistencia en el cerebro. Es el camino más fácil, y el que más probablemente se tome, incluso cuando no queremos.
Uno de los peligros mas graves que corren las personas que se exponen frecuentemente a la pornografía es que la parte del cerebro mas afectada es la llamada “lóbulo frontal”, que es la que controla el razonamiento, la toma de decisiones, el análisis y la elaboración de estrategias, todas funciones de nivel ejecutivo. Si ésta conexión es dañada la persona no tendrá la posibilidad de tomar buenas decisiones, ni de tener un razonamiento sano. Y esto es extremadamente alarmante ya que hoy día hay millones bajo la influencia de la pornografía en sus cerebros y sin ser capaces de razonar ni tomar decisiones sabias en su diario vivir.